Uno de esos trabajos que siempre gusta que te encarguen: la gráfica de una marca de conservas. Y que no quedara duda que era una marca local, de Barcelona, era la idea principal que tenía el cliente y en eso coincidimos plenamente.
Manos a la obra. Primero diseñamos el logo, clásico pero informal, con una gama de colores, por definirlo de alguna forma, curiosa, entre chocolate y turquesa. El siguiente paso era buscar un elemento 100% barcelonés. Y que mejor que el suelo que pisamos cada día: el panot, la típica baldosa de Barcelona, para vincular la marca a la ciudad. Pero necesitábamos más cosas. Y lo encontramos en otro elemento característico de la ciudad, el pavimento usado en innumerables pisos del Eixample, una baldosa hidráulica, un modelo de tantos que existen y que reinterpretamos como elemento para usar de fondo en todas las cajas y otras aplicaciones que, con un cambio de color, define a cada producto de Saint Gervasi.
Resultado: una marca local que respira Barcelona por los cuatro costados.